martes, 31 de agosto de 2010

Barcelona.

Ahora me toca decir adiós a mi.Aunque esto más bien es un hasta luego.
10 días.
10 días fuera de toda esta rutina.10 días con ellas,con esas dos personas que tanto quiero.
Van a ser muchas horas de viaje,muchas risas,estrés (por qué no),diversión,locura... pero todo me suena genial porque por fin vamos a desconectar de todo esto,lo necesitamos las 3.Por fin ha llegado el día tan esperado.
Por aquí,echarme algo de menos si no es mucho pedir (que yo os echaré de menos a vosotros).

jueves, 26 de agosto de 2010

silencio.

Momentos.Sensaciones que queremos repetir sea como sea,cosas que nadie más que tú puede entender.Lo que nos define como personas es el modo que tenemos de sentir.
Pero ¿cómo haces para mirar adelante cuando tu vida quedó atrás?me duele su amor,su recuerdo,me duele acordarme de su cara,me duele no acordarme,me duele pensar qué estará haciendo en cada momento...
¿Puedes estar viva si perdiste tu capacidad de sentir? Dejas de sentir y vas separándote de lo que alguna vez fuiste.Vas dejando de ser tú hasta olvidarte de quien eres.
Y cuando por fin recuerdas quien eres,lo único que te queda es acostumbrarte.Silencio,soledad y espera.
Y ante esta situación busco soluciones.Señales que nos indiquen por dónde ir, hacia dónde ir.
Solución es sinónimo de remedio, resolución,conclusión,resultado,desenlace,fin,reparación,
arreglo,final,salida,salvación,alivio.Esa es la solución.
Tan simple y tan complejo como eso.Pero lo que también sé es que la mejor solución es encontrarnos.Porque esa fue la solución.Porque la volverá a ser cuando nos volvamos a encontrar.

miércoles, 18 de agosto de 2010

despedidas.

Las despedidas tienen un protocolo que hace necesario mentir para no sentirse culpable o responsable del fracaso que supone el final de algo. A veces ni siquiera el final, sino del vacío de lo que nunca fue.
Y en ese protocolo mentiroso, no solo se eluden preguntas inútiles y respuestas insuficientes.
Lo peor de las cosas que se acaban es eso. Que se acaban. Y por mas agua que entre en el río, siempre termina en el mar. Y como un envase con filtraciones, lo que se pierde, se pierde, no se transforma en el vaso.


Así son las despedidas. A veces un poco dramáticas, otras veces violentas, pero otras veces silenciosas. Casi imperceptibles. Las que dejan la sensación de que aquí no ha pasado nada. Después de dar la espalda, se da vuelta la página, como en un libro reconocido que permite adivinar el párrafo que sigue.
Es como un viaje de regreso a casa. La misma ruta, los mismos kilómetros...Pero ¿por qué las ruedas giran más rápido?…¿Por qué el regreso siempre es más veloz?¿ Por qué volver hace que esa ruta se pliegue en medio del desierto y quite los oasis que vimos cuando hicimos el camino de ida?
Vidas que viven, bocas que hablan, labios que besan, manos que acarician, pies que corren, ojos que se humedecen y sonrisas que ríen.Después de todo lo único que intento es no pensar. Ni sentir.